Introducción
A manera de
Introducción quiero traer a la memoria, a todos aquellos hombres y mujeres que
fueron mis compañeros en YPF desde aquel 23 de Septiembre
de 1974 en que, como contratado con Categoría 6 y en el Departamento de
Seguridad General, ingresé a la empresa, hasta aquel 24 de Septiembre de 1991 en
que decidí mi egreso.
Y cómo no recordarlos gratamente si cada uno de ellos formaron
parte de mi historia, de mi propia vida, con ellos reí y sufrí, de ellos
aprendí, con ellos fui creciendo y muriendo al mismo tiempo.
¿Por dónde andarán ahora mis compañeros de mi primer destino en la
Empresa, en la Jefatura de Seguridad General de Zona Capital Federal, con
asiento en la vieja Planta de Almacenes y Servicios en Puerto Nuevo, Capital
Federal?
Adónde estará Julio el "sordo" Aguilar, el "loco" Julio Miranda
estudiante de Ciencias Económicas y luego sacerdote, "el pelado" Bellatti mi
compañero en la Oficina de Inteligencia y estudiante de Ingeniería, Pedro
Martínez, fanático de las palomas, "el dentista" Jaime, obviamente estudiante de
Odontología o "el Tano" Esteban Amante. Se que algunos han partido como "el
viejo" José Benigno Mallea que era el encargado de la Armería o como Emilio "el
Negro" Zubelzu.
También vienen a mi memoria mis primeros Jefes, a los que en un
primer momento miraba con recelo y luego, cuando fui ascendiendo en la empresa,
comprendí. Allí está el Mayor Juan Carlos Páez Garramuño, el Coronel Juan Carlos
Taborda, el Comisario Aníbal Conde y también mi padre Nicolás Luciano Piraino,
viejo y querido militar, mi primer amigo, mi primer maestro.
Todos ellos, compañeros y Jefes, de una u otra manera me ayudaron,
cubriendo y aguantando mis escapadas, mis llegadas tarde, mientras estudiaba
Abogacía.
Como no recordar a mis compañeros de mi
último destino en Buenos Aires, el Laboratorio de Investigación y Desarrollo de
Florencio Varela, Héctor Bucci que vive aquí, muy cerca, en Campamento Vespucio
(Salta), a Gerónimo Díaz, a Woollands, a Roberto Markusek y a su hija Graciela y
a tantos otros como Buonomo, Ramón Lorenzo Caldevilla, el "gato", Vera.