https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Hay putas que tienen algo de santas" de Antonio L. Gómez Charlín (página 6) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8  9  10  11  12 
 

Estimado señor Murakami:

Pronto llegaremos a la estación ferroviaria de Zaragoza, de allí tardaremos una media hora en coger un taxi que nos llevará a nuestro hotel Nh Sport. Sí, no se asuste, no puedo ver el futuro, pero no olvide que todo lo que cuento sucedió hace diez años, cuando todavía era joven, trasnochado y soñador, los hechos han quedado sepultados, por el paso del tiempo, yo intento quitarles el polvo con lo que me resta de aliento. Al llegar al hotel dejo a los chicos en la habitación y me dirijo hacia el centro de la ciudad orientándome con un callejero que me ha dado la recepcionista.

Tengo que llegar a la caja de ahorros 'La inmaculada concepción'. Recibo un mensaje en el móvil de un amigo de Zaragoza que se encuentra trabajando en Ibiza "¿Te gusta la ciudad del viento?" firmado J. M. Me pierdo varias veces, menos mal que preguntando se va a Roma, aunque tengo que decir que algunas de las explicaciones me desorientaron más de lo que estaba. Doy con el sitio una hora después de salir del hotel. Por allí pululan atletas embutidos en chándales de colores chillones, algunos de mis antiguos rivales me saludan, veo muchas caras conocidas, todo me resulta ajeno, mi vida de corredor de fondo se ha difuminado como el humo. Recojo los dorsales y me vuelvo al hotel, tengo que parar en algún bazar para comprarle una Virgen del Pilar a Sabrine, sí señor Murakami, no contento con estar enamorado de una prostituta de veinte años, además estoy enamorado de un santa, ya no sé si cuando hago el amor con Sabrine es con la santa con la que me corro o con la puta, puedo asegurarle que la duda me persigue hasta el día de hoy.

Entro en un bazar cercano al hotel, doy vueltas en torno a las vírgenes del pilar, no hay mucha variedad, al final opto por la más vistosa, que está sobre un pedestal pintado del color del vino. Salgo del bazar contento con mi virgen, tropiezo con una librería, entro y compro tres volúmenes: "El lamento de portnoy" de Philip Roth, "El rumor de las olas" de Yukio Mishima y "El libro de los amores ridículos" de Milan Kundera. Ahora, con los libros y la virgen, estoy aún más contento, camino lentamente tratando de encontrar un restaurante donde sirvan pasta, lo localizo enseguida 'Pizzería El Pirata', estoy a punto de enfilar hacia el hotel, cuando de pronto al otro lado de la acera, veo un local que se llama 'Hana-bi'.

Cojo el móvil y llamo a mi hermano: "Jesús, te llamo desde Zaragoza, estoy frente a un local que se llama 'Hana-bi', sí igual que la película de Kitano. Oye, ¿qué demonios significa 'Hana-bi' en cristiano?, ¿estás seguro?, ya, sí, te escucho perfectamente, 'Flores de fuego', gracias Jesús, diles a todos que estoy bien, sí, mi novela ya está en la imprenta, sí, dentro de un mes aproximadamente se publica, adiós". Me acerco al local, en el escaparate hay un anillo que debe valer una pasta y me llama poderosamente la atención. Después de mirar el dichoso anillo durante cinco minutos, el japonés que regenta el local sale y me pregunta si me gusta, yo le digo que sí, que me encantaría regalárselo a una chica que trabaja de geisha, él se ríe estruendosamente, y me dice: "será a una puta, vosotros los occidentales no sabéis apreciar el arte de las geishas, dudo incluso que apreciéis el arte de las prostitutas, os falta sensibilidad". "¿En dónde? ¿en la polla?" le pregunto con descaro. Él me atraviesa con la mirada, "¿Tú la quieres?" "Claro que la quiero pero ella a mí no". "Que una mujer no te quiera no tiene importancia". Eso es muy fácil de decir y muy difícil de sentir. El japonés tras mis palabras me miraba con cierto respeto. "Si sabes qué significa 'Hana-bi' en español te regalo el anillo para que se lo lleves a tu puta". "Ella no es mía, usted no entiende nada, yo soy de ella, pero ella no es mía. 'Flores de fuego' eso es lo que significa 'Hana-bi', es el título de una película de Kitano". "Takeshi Kitano es mi primo". Yo me quedo momentáneamente mudo, pensando: lo que no me pase a mí no le pasa a nadie. "No olvides que la mujer que lleve ese anillo no podrá olvidarte jamás...".

 
Páginas 1  2  3  4  5  (6)  7  8  9  10  11  12 
 
 
Consiga Hay putas que tienen algo de santas de Antonio L. Gómez Charlín en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Hay putas que tienen algo de santas de Antonio L. Gómez Charlín   Hay putas que tienen algo de santas
de Antonio L. Gómez Charlín

ediciones deauno.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com