https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Liberar la ciencia: Alcances y límites de una epistemología lacaniana" de Daniel Omar Stchigel (página 2) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Jueves 01 de mayo de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  (2) 
 


Generalmente se asocia la incertidumbre con falta de conocimiento, con una medida de nuestra ignorancia. Sin embargo, este parece ser un prejuicio derivado de la modernidad. Descartes buscaba certeza, entendiéndola como claridad y distinción. Consideraba que la certeza era el fundamento del conocimiento científico. Sin embargo, hay gente que reduce la incertidumbre mediante la fe. El saber, por otra parte, en la medida en que aporta distinción pero no claridad, sólo puede darnos un grado de probabilidad, pero no una absoluta seguridad sobre lo que va a acontecer. Podríamos decir incluso que el saber científico disminuye la incertidumbre sólo en aquellos aspectos de la realidad con respecto a los cuales ya poseemos certeza, y que para aquellos que, debido a su no linealidad, generan incertidumbre, sólo establece una configuración global que reajusta cuanto lo desee una vez que el hecho está por pasar o ya ha pasado a su plena presencia, como podemos verlo en las modificaciones que sufren día a día el pronóstico meteorológico, verdadero Aquiles que persigue a la tortuga de lo real sin poder darle alcance, hasta que ella simplemente ya está allí, al lado suyo, sin poder decir cómo pasó.
Podemos afirmar, entonces, que la incertidumbre tiene que ver con una limitación necesaria del alcance de nuestra conciencia plena. Esa conciencia sufre de una tensión que la lleva a intentar extenderse hacia las zonas de sombra, debido a la homeostasis a la que tiende necesariamente el dominio de la representación, de lo escópico -cuyo estudio detallado es el aporte de la fenomenología-, y lo hace mediante dos estrategias alternativas. Una, la científica, crea un mapa de los contornos diferenciados de la presencia plena y los prolonga hacia los horizontes de incertidumbre. Introduce así exactitud, una exactitud formal que es incapaz de llevar al presente las sensaciones que llenarán esos horizontes. Otra estrategia, la "intuitiva", ilustra imaginariamente esos horizontes, dándoles una claridad sensorial de la que ellos carecen. Esa última ilustración puede ir acompañada de la voluntad de que esos horizontes alcancen finalmente la satisfacción alucinada por la reactivación de la huella mnémica dejada por el objeto que había producido una satisfacción anterior, o de la certeza de que alguna voluntad ajena puede tener control sobre dicha ilustración, y nuestra voluntad puede influir sobre esa otra "voluntad superior". También puede superponer su ilustración a la presencia plena que no coincide con ella, a través de una negación de la realidad.
Para poder entender cómo funciona la dinámica de la incertidumbre, sería bueno aclarar nuestra realidad concreta como individuos humanos finitos que poseen el reconocimiento de sus limitaciones. Ese "saber que no se sabe" está ausente en el estado que Kierkegaard llama "inocencia". En el hombre, el descubrimiento de la sexualidad se acompaña de la certeza de caducidad, es decir, del descubrimiento de su desnudez ante un mundo desertificado, donde la leche y la miel no fluyen de la tierra. La inocencia, entonces, se pierde, no vivimos en el paraíso, el mundo es, como diría Heidegger, un ámbito inhospitalario. Y eso aun cuando, como decía Hegel y repetía Marx, a través de su trabajo el hombre convierte lo extraño en familiar, se apropia de la naturaleza, en la cual se siente arrojado como en medio de lo extraño. Ese trabajo genera mecanismos inéditos que reintroducen la incertidumbre. Por ese motivo, Simmel sostenía que la cultura es una segunda naturaleza. Esto nos lleva a la idea de que todo intento por eliminar la incertidumbre necesariamente fracasa. Así que la única manera de enfrentarse a ella es aceptarla. Claro que, como la incertidumbre genera ansiedad, y la ansiedad es desagradable, se puede intentar eludirla a través de la instauración de una falsa certeza.
La solución científica al problema de la incertidumbre, tiene sus raíces en dos fuentes: por un lado, en la astronomía como modelo de fiabilidad predictiva, debido a la insistencia del retorno de los astros, fiabilidad que tiene como consecuencia necesaria el intento por extenderla al ámbito humano a través de la astrología. Por otro lado, en la magia, entendida como una técnica para generar un destino favorable a las propias expectativas. La primera de estas líneas ha conducido al desarrollo de la teoría o contemplación, la segunda, al ámbito de la poiesis o creación. Ambas, sin embargo, son productivas: taponan el agujero que genera la ansiedad acerca del futuro, son maneras alternativas de eliminar en lo posible la categoría de lo "accidental", de la tyché, dentro del ámbito de nuestro pensamiento, reduciendo al mínimo la tensión psíquica que ella genera.

 
Páginas 1  (2) 
 
 
Consiga Liberar la ciencia: Alcances y límites de una epistemología lacaniana de Daniel Omar Stchigel en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Liberar la ciencia: Alcances y límites de una epistemología lacaniana de Daniel Omar Stchigel   Liberar la ciencia: Alcances y límites de una epistemología lacaniana
de Daniel Omar Stchigel

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com