https://www.elaleph.com Vista previa del libro "El liberal" de Saltikov Schedrin (página 5) | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Miércoles 30 de abril de 2025
  Home   Biblioteca   Editorial      
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8 
 

-¡No podemos digerir tus ideales! -decían al liberal las personas expertas-. No estamos preparados para ellos, ¡no los resistiremos!

Y se ponían a enumerar sus inconsistencias y ruindades con tanto detalle y claridad, que el liberal, por muy doloroso que le fuera, veíase obligado a reconocer que en su empresa había realmente algún yerro fatal: no cabía en los calzones, y asunto concluido.

-¡Oh, qué triste es esto! -se lamentaba del destino.

-¡Estrafalario! -le consolaban las personas expertas- ¡Vaya un motivo para llorar! ¿Qué es lo que quieres? ¿Asegurar el porvenir a tus ideales? Si es así, no te lo Impediremos. Pero no te precipites, ¡por los clavos de Cristo!

Si no logras conseguir en lo posible, ¡conténtate con conquistar algo como mínimo! Pues incluso ese algo como mínimo también tiene su valor. Despacito, poquito a poquito, sin prisas caminando y a Dios rogando, se va lejos, y cuando quieras darte cuenta, ¡ya habrás puesto la planta en el templo de los dioses! En ese templo, desde su construcción, no ha entrado nadie, y tú, sin más ni más, lo verás... Agradéceselo al Señor.

¿Qué remedio quedaba? Tuvo que resignarse también a esto. Si no lograba en lo posible, procuraría arrancar algo como mínimo, y dar las gracias por ello. Así procedió en efecto el liberal, y pronto se habituó tanto a su nueva situación, que él mismo se asombraba de lo tonto que era al pensar que se podían alcanzar otros límites. Y toda suerte de comparaciones vinieron en su ayuda. "Hasta el grano de trigo -decía- no da fruto inmediatamente, y también se hace rogar. Primero hay que sembrarlo en la tierra; luego, esperar a que realice su proceso de disgregación; después, da un brote, que crece y se convierte en tallo; más tarde, espiga. Ya veis a través de cuántos prodigios tiene que pasar el grano antes de dar fruto con creces. Lo mismo ocurre en la búsqueda de los ideales. Si has sembrado algo como mínimo, siéntate y espera."

 
Páginas 1  2  3  4  (5)  6  7  8 
 
 
Consiga El liberal de Saltikov Schedrin en esta página.

 
 
 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
El liberal de  Saltikov Schedrin   El liberal
de Saltikov Schedrin

ediciones elaleph.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
 
 
 

 



 
(c) Copyright 1999-2025 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com