Ni siquiera la muerte puede quitarte tu danza, tus lágrimas de
alegría, la pureza de tu soledad, tu silencio, tu serenidad, tu éxtasis. Lo que
la muerte no puede quitarte es el único y verdadero tesoro; y lo que cualquiera
te puede quitar no es ningún tesoro, simplemente estás siendo engañado.
Tu única inquietud debe ser ésta: cuida y protege aquellas
cualidades que puedas llevar contigo cuando la muerte destruya tu cuerpo, tu
mente, porque esas cualidades serán tus únicas compañeras. Son los únicos
valores reales, y únicamente la gente que los alcanza, sólo ellos viven; los
demás solamente fingen vivir.