Ser Loco es Estar
Cuerdo
¡El mundo ha conocido locos tan hermosos! De hecho, todos los
grandes hombres del mundo han sido un poco locos, locos ante los ojos de la
masa. Su locura era expresada porque no eran desgraciados, no sufrían de
ansiedad, no temían a la muerte, no se preocupaban por trivialidades. Vivían
cada momento con totalidad e intensidad, y a causa de esta totalidad e
intensidad, su vida se convirtió en una hermosa flor, estaban llenos de
fragancia, amor, vida y risa. Pero esto, por cierto, hiere a los millones de
personas que te rodean. No pueden aceptar la idea de que hayas conseguido algo
que ellos no lograron; intentarán de todas las formas convertirte en un
miserable. Su condena no es más que un esfuerzo por hacerte infeliz, por
destruir tu danza, por arrebatarte tu alegría, para que así, puedas volver al
rebaño.
Uno tiene que armarse de valor, y si la gente dice que estás
loco, disfruta de la idea. Diles: "Tienes razón; en este mundo, sólo la gente
loca puede ser feliz y alegre. Yo he elegido la locura con alegría, felicidad, y
danza; ustedes han elegido la cordura con infelicidad, angustia e infiero,
nuestras elecciones son diferentes. Sean cuerdos y sigan siendo miserables;
déjenme solo con mi locura. No se ofendan; yo no me siento ofendido por todos
ustedes; tanta gente cuerda en el mundo y yo no me siento ofendido".
Es sólo una cuestión de muy poco tiempo... Una vez que te hayan
aceptado como loco, ya no te molestarán; entonces podrás salir a plena luz con
tu auténtico ser, puedes abandonar todas tus falsedades.
Toda nuestra educación crea una división en nuestra propia
mente. Tenemos que mostrar una cara ante la sociedad, ante la masa, ante el
mundo, que no es necesariamente nuestra verdadera cara; de hecho, no debe serlo.
Tienes que mostrar la cara que la gente aprecia, la que gusta a la gente, que es
aceptable para ellos -sus ideologías y sus tradiciones- y debes mantener para ti
mismo tu cara original.