Elogio del
lector
Lo leí en alguna obra de Borges y seguramente él lo pensó basado
en otras lecturas, porque esa sedimentación a veces imperceptible de las ideas,
es la más noble de las cualidades de la lectura. En ese sentido todos plagiamos
a alguien.
Decía él que la de leer es una tarea más civilizada que la de
escribir, porque el lector disfruta de los textos en una tarea silenciosa y
autónoma que no necesita de otros y que no espera nada a cambio, sólo el placer
que le proporciona la lectura.
Yo agrego que desde este punto de vista, el que lee, tiene una
capacidad de representación que lo equipara artísticamente a quien escribe, y
aún más, porque puede emocionarse con ideas y sentimientos que no concibió
él.
Esto último exige además de inteligencia y sensibilidad, una
enorme disposición para estar abierto a los otros y ser, indudablemente,
generoso.
El lector no necesita vender libros porque su gusto es comprarlos,
tampoco ser reconocido o famoso, la crítica le resulta desconocida y no sufre el
rechazo de ninguno aunque el libro que él lee no le guste a
nadie.
Ya está recompensado con su virtud porque es feliz
leyendo.