Además de aprovechar la masa crítica de investigadores en el
ramo, sugieren un sistema de innovación que vincule a los académicos con los
empresarios hoteleros, a fin de capitalizar las aportaciones de los estudios
turísticos, además de incluir las Tecnologías de la Información y Comunicación
(TIC) como herramientas que generen crecimiento por la vía del conocimiento,
según demuestra la alta rentabilidad y competitividad del sector en países
desarrollados.
En ese sentido, el capítulo 8, "La relevancia de los mecanismos
de información y cooperación en materia turística", autoría de Alba E. Gámez,
Miriam Bautista Ortega y Reyna Ibáñez, de la UABCS, apunta a un esfuerzo común
para contribuir al crecimiento armónico del turismo, que conjunte la creación de
bases de datos, su seguimiento y la coordinación de las políticas
gubernamentales en las esferas nacional, regional y local, al igual que la
comunicación con los agentes privados.
Al mismo tiempo hacen énfasis en la relevancia de establecer
mecanismos de regulación hacia el cuidado de los recursos naturales, culturales
y sociales, que dan soporte al turismo y que los beneficios derivados de él sean
distribuidos de manera equitativa entre los actores participantes.
Como colofón, Carlos Amador, Alberto Torres y Reyna Ibáñez
sostienen que la creación de instituciones internacionales ha posibilitado la
correcta formulación de iniciativas y proyectos tendientes a desarrollar
relaciones recíprocas de trabajo, apoyo y entendimiento para garantizar el éxito
de las actividades relacionadas con el turismo.
En el Capítulo 9 "Instituciones internacionales y coordinación
del turismo", el último de esta obra, los autores reiteran lo que se vino
planteando a lo largo de la misma: la necesidad de la participación coordinada
entre los tres ámbitos de gobierno con los sectores social y privado, para
emprender acciones a favor del ambiente y procurar un desarrollo turístico
sustentable en su contexto más amplio: más cuidadoso con los recursos naturales
y con el hombre mismo.