Ante esto, el término ambiental adquirió un significado más
amplio que, sin embargo en lo general y particularmente en materia turística,
aún no se aplica en la forma integral que exige la situación actual.
En lo socio-cultural, la lucha de distintas organizaciones en
el mundo, que también se ha replicado en México, ha traído como resultado el
reconocimiento e inclusión de sectores que pese a los avances aún son objeto de
estigma, como las personas con orientaciones sexuales distintas y aquellas con
capacidades diferentes, por mencionar tan sólo a dos, cuya importancia empieza a
estimarse, no sólo como segmentos para el turismo, sino en un contexto que pugna
por la revalorización de los derechos humanos y la lucha por la tolerancia y la
dignidad.
En términos amplios, estos cambios, en el tejido natural y
sociocultural, han moldeado, a su vez, lo que se ha denominado un nuevo turista;
prioritariamente se le ha vinculado con un sujeto más informado y exigente sobre
lo que desea obtener; pero el concepto va más allá y engloba a quienes son más
conscientes en su práctica respecto a lo que implican estos nuevos escenarios:
más responsables con la naturaleza y el hombre mismo e incluyentes con lo
percibido como "diferente".
En materia política, el adelgazamiento del Estado Mexicano,
resultado de procesos como la descentralización, las recurrentes crisis
-económicas y de credibilidad- han obligado al gobierno a incorporar a otros
actores en la conducción de líneas de acción para la vida pública nacional,
entre ellas las turísticas, de las que sobresale la participación de la
comunidad receptora en la definición de estrategias para orientar su propio
desarrollo. No obstante, a pesar de esa supuesta inclusión, persisten asimetrías
en la toma de decisiones y en consecuencia en la distribución de beneficios
derivados de este renglón. Pero el paso está dado, y ahora corresponde a los
distintos sectores pugnar por el equilibrio en esta tarea.
En lo tocante a lo económico, aspecto que prevalece en el tema
turístico, son variados los elementos en torno a él: la incertidumbre en los
mercados, las crisis financieras, el precio del petróleo y los conflictos
bélicos, entre muchos más que no están desligados de otros fenómenos;