Pero yo no contestaré. Y la madre me besará los pies una y otra vez, y dirá:
-¡Oh, mi señor! ¡Mi hija
es joven y no ha visto más hombre que tú, y si la rechazas se le romperá el corazón! ¡Inclínate. pues, hacia ella, y háblala, y calma su espíritu! .
Y yo la miraré entonces con el rabillo del ojo y le ordenaré que se levante ante mi para que guste el sabor de la humillación y sepa que yo soy el sultán del tiempo. Y la madre me dirá:
-¡Oh mi señor! Ahí
tienes a tu esclava. ¡Ten compasión de ella y muéstrate benévolo!- Y ordenará a su hija que llene una copa de vino y me la acerque a los labios. Y entonces mi esposa dirá:
-¡Oh mi señor! ¡Por Alah te conjuro para que no rechaces la copa que te ofrece tu esclava, pues en verdad que tu esclava soy!
Poro yo no contestaré. Y ella me instará para que beba y dirá:
-¡Debes beber! -y acercará la copa a mis labios.
Y entonces le daré una. bofetada y un puntapié, así..."
Y al decirlo dio una patada a la bandeja del
cristal, ¡y la bandeja cayó del banco al suelo con todo lo que había en ella, y toda la mercancía se hizo añicos! Y mi hermano empezó a lamentarse, diciendo: "!He aquí el resultado de mi orgullo!"