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ediciones
Claridad
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Edición:
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Primera Edición - 1946
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Tomos:
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1
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Medidas:
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15,2 x 22 cm
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Estado:
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Muy Bueno
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Género:
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Biografias
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Peso:
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500 gramos
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 Reseña del libro
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Formato libro
impreso
297 Pág.
U$S 61.93
Libro agotado.
Lamentablemente, vendimos el único ejemplar disponible.
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* Los importes están expresados en dólares estadounidenses.
Política de Devoluciones.
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Descripción del libro usado "Güemes el señor gaucho"
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Este libro lo concibió y lo realizó un periodista. No un historiador. Ni siquiera un escritor. Un periodista, con todas esas inquietudes, esos afanes de sensacionalismo, esa fatalidad de apasionamiento que señala el estilo de los periodistas. No es un libro sereno, y lo confieso por anticipado. Me desespera la serenidad. Güemes había llegado a mi admiración a través de la leyenda. Comencé a seguir sus rastros seguro de que sólo hallaría virtudes gauchas en el héroe de Salta. Tenia un preconcepto antes de comenzar la paciente tarea del investigador. La tradición nimba de simpatía, de heroísmo, de generosidad, al cautivante jefe de la guerra gaucha. A través de ella era Güemes para mí, un símbolo de lo criollo, en todo lo que el criollismo tiene de darse entero a una obra generosa, de guapeza sin alarde, de humildad y simpatía, de saber sufrir y saber perdonar, de ser leal a un amigo y leal a una causa, de antisolemne y antiservil. Así lo veía yo al general gaucho, a través de las mil anécdotas con que la tradición nos lo recuerda. Y así lo fué a buscar. Y ésta es la hora de que confiese que si mi investigación me hubiera tropezado con un Güemes distinto de mi héroe soñado, no hubiera cargado nunca con la desagradable responsabilidad de desmentir la tradición. Si de aquellas virtudes no hubiera encontrado pruebas ciertas, y el héroe se me hubiera aparecido en renunciamientos o traiciones, este libro no se me hubiera aparecido en renunciamientos o traiciones, este libro no estaría escrito. Esta libertad me da no ser historiador. Nada me obliga a la imparcialidad. Y ahora puedo darme el placer de escribir sobre Güemes, porque el personaje que he reconstruido sobre los rastros de los amarillos papeles de archivo, los relatos de sus contemporáneos y las referencias de los más severos y fehacientes historiadores, se ajusta en todo al héroe que yo había imaginado.
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