Sobre sus márgenes, en la selva enmarañada y áspera, madrejón de bagualas y cajas copleras, otros hombres, con otra voz y otros sueños y distintas vocaciones. Conservan intacta su idiosincrasia, sus costumbres, su lenguaje y su folklore, llevando en las entrañas la esencia de la fronda, del río y de la tierra, y como los árboles, hunden sus raíces poderosas en el suelo que los nutre y los vio nacer. Tres zonas geográficas con grupos humanos de características propias. En "Narah", la litoralense, dominios del guaraní dulce o bravio. En "El pan está en los surcos", la zona central, mosaico de idiomas y ajedrez de pueblos. Y allá al norte, sobre el río turbio, bajo la piel traslúcida de las palabras y en el gesto parco, términos, espíritu y carácter que llegaron de Salta y Santiago del Estero con remota reminiscencia quichua. Así es el Chaco que palpita en los obrajes, en las chacras y junto al Teuco: "Narah"... "El pan está en los surcos"... "Río Teuco"... José del Carmen Nieto.
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