Horacio Quiroga es considerado el padre de la cuentística moderna en ambas orillas del Plata, y aun en toda América Latina. En su mundo, lo fantástico no es más que la apariencia de lo real.
Horacio Quiroga (1879 - 1937) inició sus actividades de escritor con un libro de versos, Los arrecifes de oral, en 1901. Vivió largo tiempo en el territorio de Misiones, cuya exuberante naturaleza inspiró gran parte de su obra. En 1908 publicó su primera novela, Historia de un amor turbio, y años más tarde la segunda, Pasado amor. Pero el género en que descuella Quiroga por haber sido su forma favorita de expresión, por lo directo y vivo hasta la violencia de su manera de decir las cosas, es el cuento.
En este aspecto, al superar ciertas influencias recibidas las de Poe, Maupassant y Kipling, especialmente, logró acreditarse como uno de los más personales e intensos narradores americanos, que supo mostrar "la vida del hombre entregado a la doble lucha contra las fuerzas de una naturaleza que ahoga en su abrazo monstruoso, y contra la revalidad de instintos que pugnan por extraer a la tierra su riqueza prodigiosa" (Alberto Zum Felde). Sus volúmenes de cuentos más celebrados son Cuentos de amor de locura y de muerte, Cuentos de la selva, Anaconda, El desierto, Más allá, y los desterrados.
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Reseña del libro
