Podríamos encontrar en la revista Canto, cuyos dos únicos números son de 1940, al conjunto de poetas que con Girri, Benarós, Bosco, Barbieri, y algunos otros, constituyen la "generación del cuarenta". Más allá de las discusiones acerca de la eficacia de esta denominación es cierto que se perfilan en el cuarenta dos líneas poéticas, una de ellas con claros rasgos neorrománticos, que incluye la producción de Wilcock, Carella, Castiñeira de Dios, Barbieri; y una segunda, conformada alrededor del tema y de la perspectiva nacional, que creó un campo de recepción apto para la integración de la poesía del interior, con nombres de la envergadura de Manuel J. Castilla y Raúl Galán. El intento de superación del neorromanticismo se afirma en la doble posibilidad del surrealismo -cuyo promotor y difusor incansable fue Aldo Pellegrini-, con poetas de la talla de Enrique Molina, y el invencionismo, que surge con la revista Arturo en 1944. La Biblioteca Argentina Fundamental ofrece al lector una nutrida antología de este complejo y amplio espectro poético, cuya variedad de tonos incluye también a figuras tan peculiares como Juan L. Ortiz.
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