En La impura, La bruta, La corrupta, La maldita, Guy des Cars ha mostrado su inigualable talento para presentar casos patológicos en relatos apasionantes. El problema expuesto en La impostora es uno de los más candentes de nuestra época; por primera vez, quizá, un novelista contemporáneo estudia con incisiva maestría el comportamiento de la mujer moderna que no quiere envejecer y emplea, en el duro combate, todos los recursos de la medicina, la biología y la estética. Entre todas las mujeres que Guy des Cars ha descrito con su arte genial, la heroína de La impostora es, sin duda, la más mujer. Una mujer llena de ternura, de sensibilidad, de recursos y de amor. Y se juega con la vida y con la muerte es, ante todo, por amor.
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