Hace poco más de dos años se reabrían las puertas de la antigua casa de Don Diego Casero, y esto para nosotros, argentinos, fue reencontrarnos con u poco de nuestra historia, poner en valor nuestras raíces. Han pasado casi cuatro siglos desde que se poblaron estos pagos, y es también el tiempo de nuestra historia: de ella Monte Caseros fue testigo, en muchos de sus hechos trascendentes. En 1788 Diego Casero levanta su casa y palomar, en lo que ya era una próspera chacra, y esto no fue un hecho aislado. Eran tiempos donde todo el Virreinato crecía y ese crecimiento preanuncia la madurez que luego se plasmara en la Independencia Nacional. Pasan los años y llegamos a Febrero de 1853. Es tiempo de lucha. El arado ya no abre surcos, pero la tierra se riega de sangre de hermanos... luego otra vez los campos florecen y los hermanos se reencuentran. El Estado de Buenos Aires se reintegra a la Confederación y todos juntos dan forma a la República Argentina.
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