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Facundo, Epistolario intimo, Cartas y discursos politicos, La vida de dominguito, Memorias, Paginas escogidas de  Domingo Faustino Sarmiento  

Facundo, Epistolario intimo, Cartas y discursos politicos, La vida de dominguito, Memorias, Paginas escogidas
de Domingo Faustino Sarmiento


ediciones 
Ediciones Culturales Argentinas

Edición: 1962
Tomos: 6
Medidas: 14,7 x 22,5 cm c/t
Estado: Muy Bueno
Género: Literatura - Ensayos
Peso: 2700 gramos

 
Comentario del libro Reseña del libro
 
Libro Usado Castellano
Formato libro
impreso
 
U$S 405.77
C O M P R A R
* Los importes están expresados en dólares estadounidenses.
Política de Devoluciones.
 

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Descripción del libro usado "Facundo, Epistolario intimo, Cartas y discursos politicos, La vida de dominguito, Memorias, Paginas escogidas"


Facundo:

La personalidad del autor de Facundo requiere, en todo momento, un espíritu disciplinado para las exégesis complejas, ya que se trata de la frecuentación, en toda su vastedad, de ese huracán con arrebatos de zonda, calcinado asimismo por una pasión germinal que ha delineado el contorno de la patria. La ciclópea contextura mental de Sarmiento no admite satélites; menos aún asteroides. Se trata de un astro que vibra en el espacio cosmogónico de nuestras efemérides, irradiando las esencias más nobles. De ahí que únicamente los hombres que han sabido penetrar en su idiosincrasia, que han auscultado lo esencial de sus vivencias, puedan admitirse como heraldos de la pujante personalidad, de la lección que implica su vida ejemplar, del mensaje que simboliza su destino.
Don Alberto Palcos ocupa el primer plano dentro de esa jerarquía de hermeneutas de nuestro arquetipo. La dedicación de este maestro que ha hecho de la eurística sarmientina una cátedra viviente y humana, le ha deparado las más nobles compensaciones. Pues la edición crítica originaria del Facundo, que saliera a la estampa merced a la diligencia humanística de este profesor, -materializada a su vez por el esfuerzo de la Universidad Nacional de La Plata, en el año 1938-, se agotó casi de inmediato, al ser adquirida con avidez por los estudiosos de nuestro país y del continente. Ella ha servido de base para esta presente edición.
A los múltiples elogios que la interpretación y cotejo de las cuatro ediciones de este libro, aparecidas en vida de Sarmiento, deben agregarse los documentos que Palcos, el historiador, fue localizando a manera de hallazgos, descubriéndolos en los repositorios menos sospechados. A ello debe sumarse la genuina agudeza del escritor -autor, a su vez, de uno de los más penetrantes y difundidos libros sobre el genial anatematizador de la tiranía de Rosas-, en la interpretación psicológica de esos hallazgos.
A tales elogios se hace imprescindible agregar, también, el honor conferido por la revista de la Universidad de California. En ese prestigioso organismo de la enseñanza superior del país del norte, se ha publicado -en español-, un articulo laudatario sobre los trabajos de esclarecimiento sarmientino que ha venido realizando el profesor Alberto Palcos. Opinión que confirma la de eminentes especialistas, de Estados Unidos y Europa, que han señalado esta edición crítica como ejemplar.
Quien ha dedicado años y afanes a esa labor; quien ha caracterizado un itinerario de esclarecimiento y de remoción de nuevas fuentes documentales, para perfilar con la máxima nitidez y solvencia intelectual los rasgos del autor de Facundo -libro fundamental de la hermenéutica y sociología argentinas-, merece ser conceptuado como benemérito de la historiografía de nuestro país. El profesor Alberto Palcos ocupa, gallardamente, esa posición.

Epistolario íntimo:

Las cartas de Sarmiento significan uno de los capítulos fundamentales en cualquier exégesis que se pretenda realizar sobre el autor de la Campaña del Ejército Grande. Representando, dentro de sus perfiles generales o psicosomáticos, al más espontáneo de los extravertidos, el hijo de doña Paula Albarracín poseía, además, un estilo fluyente y atractivo, por momentos caudaloso, el cual, precisamente por la causa que venimos señalando, suele salirse de cauce, desbordado por flujos y reflujos que, en términos muy amplios, le va dictando el devenir histórico de la patria y de América. Devenir histórico que la pujanza de don Domingo suele transformar en peripecia de un orden cotidiano, pudiendo explicarse esta circunstancia si advertimos que él fue uno de los protagonistas de esa historia, singularmente uno de los más patéticos, dicho esto en el sentido más helenizante posible en cuanto a la simbolización de un dramatis personae.
El epistolario de un arquetipo de la caracterología de Sarmiento, excede no sólo los meros preconceptos que elaborara la experiencia histórica o humana, sino que incluso se proyecta más allá de los delimitado por la fantasía de tipo creador, novelesca en este caso, pues el colorido de su espíritu, las requisiciones de su temperamento, su indómita capacidad de combatiente en todos los campos de la actividad argentina, parecen a veces contradecir los deliquiso de su corazón, su propensión viril a las ternezas durante la etapa de la madurez, o bien su proclividad lacrimógena inagotable durante la senectud.
Esa característica había llegado a imponer cierta extremada cautela en aquellos que, antes de ahora, habían abordado la riesgosa tarea de realizar la selección del epistolario íntimo de este autor, creador quizá de las cartas de más hondo contenido emocional y documental, que se hayan escrito durante la segunda mitad del siglo XIX aquí, en América y en España. La tarea de seleccionar esas cartas, en medio de tantísimas páginas confidenciales que a veces significan la clave de tantos otros vaivenes psicológicos del autor de la Vida de Dominguito, requiere una sutil agudeza mental y psíquica, un corazón vigilante, una cabal información de las mudanzas del personaje que las redactara, y sobre todo, y fundamentalmente, una sólida información de las circunstancias que las fueron motivando.
Esa es la razón por la cual este volumen II de la serie antológica de seis dedicada a Domingo Faustino Sarmiento, fuera encomendada a don Bernardo González Arrilli.
Una larga trayectoria dedicada a divulgar y esclarecer los valores históricos que han basamentado la nacionalidad; una experta precisión para ubicar los perfiles de aquellos arquetipos que han esculpido los grandes momentos de nuestras efemérides: una versación dinámica unida a un estilo por momentos cotidiano, conversacional, han fijado los perfiles de don Bernardo González Arrili con rasgos de una zumbona cordialidad. En ciertos aspectos es el prototipo del hombre criollo, distante a veces, pero íntimamente interesado por el espectáculo que suele ofrecerse a su alrededor.
Miembro de instituciones históricas; socio fundador y vocal de las comisiones directivas de la Sociedad Argentina de Escritores que presidieran Leopoldo Lugones y Arturo Capdevila; periodista que ha colaborado en publicaciones que evocamos hoy con reminiscencias antañonas: Caras y Caretas, Nosotros, Plus Ultra, y de diarios que mantienen su inapelable vigencia cotidiana como La Prensa, La Nación, El Mundo, etcétera, profesor de historia en la enseñanza media, y sobre todo, porteño, González Arrili ha publicado unos 48 libros, dictado conferencias, cursillos, realizado textos de historia, abordado el teatro y editado folletos. Podría encarnar con relieves precisos al artesano de otras épocas, si sus colaboraciones de hombre dedicado al estudio de nuestra historia no lo hubiesen convertido en una de las firmas habituales de algunos suplementos literarios.
Estos antecedentes vienen expuestos a guisa de simple actualización, pues le bastará al lector de este volumen internarse en las primeras muestras del presente epistolario, para advertir la ponderada compulsa de las piezas que realizó González Arrili, inspirándose en su ya proverbial agudeza, en su equilibrado sentido de los matices dentro del estilo por momentos "confesional" de Sarmiento, aparte la versación documental e interpretativa de lo que, en términos del presente, suele entenderse por la petite histoire.

Cartas y discursos políticos:

Itinerario de una pasión republicana:
Una trayectoria que refleja en su desarrollo una honda preocupación social; una vocación periodística en la que aparece en cada tramo la huella sarmientina; una pujante y lúcida aspiración de esclarecimiento histórico, y sobre todo, una afanosa e insuperable aptitud, encaminada, de un modo inflexible, hacia todo aquello que representa un aspecto científico de la verdad, agitado por los más nobles sentimientos de la emoción varonil, podrían dar una síntesis aproximada de la personalidad de José P. Barreiro.
Domingo Faustino Sarmiento creía en la oposición, en la lucha; el cuyano se consideraba un combatiente que sabía reír; su humor rabelesiano no admitía matices cuando se traducía en sarcasmo; jamás se permitió flaquezas ni renunciamientos; sólo en los instantes patéticos afloraba la verdad de su corazón. De esa manera, llegó a forjarse una personalidad de arquetipo, una portentosa ambición nunca declinante, ni menos aún claudicante en cuanto a las exigencias de lo ético. Caracteres como el del autor de las Cartas y discursos políticos que se incluyen en este volumen III de la serie de seis extraídos selectivamente de sus Obras Completas, cavan hondones. Y es en esos hondones donde fructifican las simientes ejemplarizadoras, Barreiro puede blasonar de haber arado en ellas. Pues Barreiro pertenece, por otra parte, a una estirpe de argentinos que vienen sintiendo a Sarmiento desde la décadas de su adolescencia. Sin blasonar de esas idolatrías que, en cierto aspecto, suelen caracterizar a muchas de la devociones que se engendran en nuestro suelo, el autor de la selección que incluye este tomo, -y que él ha subtitulado muy agudamente como Itinerario de una pasión republicana-, debe ser considerado como un auténtico sarmientino.
La autenticidad de ese sentimiento -en Barreiro las admiraciones, las amistades, los empeños y los quehaceres tienen siempre una fuente común: la del sentimiento-, nos llega jalonada por algunos trabajos suyos muy singulares; a saber: Sarmiento, el ambicioso (1933); La Argentina que soñó Sarmiento (1938); y, salvando otros importantes títulos, Las grandes coincidencias de Sarmiento, Alberdi y Mitre (1955), Los encuentros y desencuentros de Sarmiento y Alberdi (1960), etc., destacándose, por su agudo sentido de la asociación, Paralelo entre Sarmiento y Lincoln, unas de las páginas más certeras sobre estos dos colosos de nuestra América.
Periodista y ensayista, José P. Barreiro abarca los panoramas de la historia con un criterio actuante, versátil por oposición a lo que se entiende por artificiosa rigidez, aunque nunca será superficial, ni menos -eso jamás podría ocurrir en Barreiro-, oportunista. Todo ello le viene a este historiador y ensayista desde su formación. En 1919 funda el quincenario Claridad, siendo, en 1920, secretario de La Hora, la revista que dirigiera Augusto Bunge. Frecuenta además el entorno de José Ingenieros.
Quizá sea esa una de las circunstancias que explique en él cierta tendencia hacia lo antisolemne. Cronista parlamentario del diario Crítica, ejerció también la crítica de teatros. Se trasladó a San Juan en 1923 para ocupar el cargo de subsecretario de gobierno e Instrucción Pública, para ser después secretario de la gobernación y director del diario La Reforma. Regresa a la capital en el 29, desempeñando en Crítica la jefatura de redacción, aparte ser autor de sus principales editoriales. Fue, también, jefe de redacción de El Sol, y más tarde -años 1943-48-, editorialista de El Mundo, Enfrentado a la dictadura, deja el periodismo desde el 48 al 55, volviendo a El Mundo como director -cargo que en ese mismo diario ejerció en dos oportunidades-, apenas triunfa la Revolución Libertadora.

Mauricio Rosenthal.

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