A fines del siglo XVIII llega a Londres -pequeño poblado fundado en 1558 por los conquistadores-, un joven aventurero español. Unido a la tierra por cuestiones comerciales y lazos de amor y matrimonio, su vida se va enlazando con la historia de su patria adoptiva. De este modo. Don Diego es testigo de los acontecimientos que a partir de 1810 estremecieron al país: las guerras de la Independencia, el surgimiento de las montoneras en el noroeste argentino, y la hostilidad creciente entre Unitarios y Federales. Don Diego el Aparecido es una novela costumbresta ubicada en un marco histórico que le da trascendencia. Sin embargo, su encanto radica en el acierto de la autora al describir con pinceladas certeras la vida del interior argentino en los albores de la patria. Desfilan por la novela esposas, amantes, esclavos, gauchos, españoles y criollos, descriptos con exacto conocimiento de las costumbres regionales e indígenas. Son de destacar las bellas y sobrias descripciones de nuestro paisaje andino. Además, la autora utiliza con precisión -y en ocasiones con humor- el lenguaje de la época, rico en matices que tipifican las diferentes clases sociales. Por todo ello, Don Diego el Aparecido es un libro fresco, encantador, cuya profunda verdad histórica acompaña un soberbio estilo narrativo.
Ir al inicio
|