“Maravillosa la descripción de los hechos históricos de este Romancero compuesto por un “poeta con mayúsculas”, excelso dominador del léxico poético bajomedieval, fruto de su erudición y admiración por el personaje protagonista. Tano, juglar por antonomasia en esta obra extraordinaria, nos va introduciendo, poco a poco, contagiándonos de su emoción y especial sensibilidad, en los hechos más relevantes del complejo reinado del rey don Pedro I; narrando como otrora lo hicieran aquellos sus colegas, primero, a través de los “cantares de gesta”, posteriormente, con los romances, recopilados por don Ramón Menéndez Pidal”. Julio Longobardo (fragmento del prólogo)