Quién no ha tenido alguna vez algún despiste. Nadie es perfecto y, por eso, le restamos importancia a los pequeños errores de nuestro subconsciente.A sus cuarenta y muchos, la autora, tiene tal berenjenal en la cabeza, que no le queda otra que compartirlo con buen humor y como mejor se le da. Escribiendo sus experiencias “inolvidables” y sus despistes diarios con relatos entrañables, en algunos momentos, y sin vergüenza alguna en contar sus miserias de la forma más divertida.