—Tengo la foto de un chico escribiendo en la vereda de la calle. Moraleja: sin teléfono, sin tablet, sin computadora y tal vez sin comer… pero tiene lo más importante: Ganas de salir adelante.
—Una psicóloga en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la pregunta: “¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?” Sin embargo ella preguntó “¿Cuánto pesa esté vaso?” Las respuestas variaron entre 200 gramos a 250 gramos, pero la psicóloga respondió: “El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo contengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora me dolerá el brazo, si lo sostengo un día mí brazo se entumecerá y se paralizará. El peso del brazo no importa, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado se vuelve —y continuó—: Las preocupaciones son como el vaso de agua, si piensas en ello un rato no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas todo el día en ellas, acabarás sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada.” ¡Acuérdate soltar el vaso!
—La democracia tiene su lado demagógico, porque lo importante es quién ofrece algo para persuadir al pueblo. Ya que el Gobierno no puede gobernarse a sí mismo, los gobernantes no deben ser masa, sino gente distinguida, que dirija con sabiduría, difundiendo valores como el amor a la patria, a Dios, al prójimo.
—El Papa Francisco está muy ligado al Rosario. Su secretario explicaba en Radio Vaticano el 10 de marzo de 2014 que el Papa no pierde un minuto, trabaja infatigablemente y cuando siente una necesidad de una pequeña pausa, se sienta y reza el Rosario. lo hace tres veces al día y dice: “Me ayuda a relajarme”.
—Sarmiento dijo: “ Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos, y de las casas de huérfanos se van a morir, que se mueran, porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma, el mendigo es un insecto como la hormiga recoge de los desperdicios ¿qué importa que el estado deje morir al que no puede lidiar con sus defectos?, los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe más dar de comer.” (Discurso en el Senado de Buenos Aires, 10 de septiembre de 1859).
—Ropa sucia afuera. Con eso de “la ropa sucia afuera”, me refiero a los mambos, a los complejos, a los rollos que tenemos en la mente, enquistados en nuestra psiquis, y a los que hay que sacar afuera, es decir, extirparlos de la cabeza. “Paz en casa, guerra afuera” me dijeron. Yo digo “paz en casa, paz afuera”. Pero para alcanzar la paz hay que trabajarla y con las injusticias no hay paz.