https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Le llaman Jesús" de Andrés H. Garzón | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Jueves 25 de abril de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
ˇSuscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas (1)  2  3 
 

Capítulo I
Una visión exaltada de Cristo


Pilato entonces le dijo: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo
autoridad para soltarte, y que tengo autoridad para crucificarte?


Juan 19:10


Pilato estaba asombrado y temeroso, no podía entender el odio que este hombre había despertado en su propio pueblo. Él solo veía a un reo golpeado y humillado, aborrecido por los religiosos, al que acusaban de un delito inexistente y por el cual demandaban la muerte.
Su puesto de eminencia le ponía en la insólita posición de, al menos en apariencia, ser quien determinara sobre el destino de este carpintero de Nazaret.
En su visión del mundo, el César y él mismo eran los depositarios del poder en aquella tierra de Palestina; pero César estaba demasiado lejos y la turba casi descontrolada acicateada por los religiosos demasiado cerca.
¿Quién era el que tenía verdaderamente el poder? ¿Quién, a sus ojos, era el más grande y temible? ¿A quién, en definitiva, se sometería? De algo estamos seguros: no a Jesús, a pesar de que claramente el galileo le había mostrado sus credenciales de Rey de los cielos (Mi reino no es de este mundo, le había dicho).
Las circunstancias y lo que ellas generaban en su propio sentir, inclinaron al representante del poder del Imperio Romano a decidir a favor de quien, a sus ojos, era el más poderoso.
Poncio Pilato no tenía una imagen exaltada de Jesús; ese, en definitiva, fue el motivo por el cual lo entregó a la voluntad de aquellos a quienes elevó a la categoría de señores de Jerusalén ¿Podemos culparlo? ¿No hacemos nosotros lo mismo hoy?
En nuestra vida diaria, cuando atravesamos momentos difíciles o nos vemos amenazados por la desdicha, el rechazo, la enfermedad o las diversas aflicciones que hallamos en este mundo, si no tenemos a Jesucristo exaltado a lo sumo conforme a la revelación escritural, seguramente sucumbiremos y le entregaremos el poder y la autoridad a quien consideremos como señor poderoso. Quedaremos a merced de las circunstancias; dejaremos de ver a Dios como soberano, y su soberana gracia quedará oculta tras nuestro temor, angustia y enojo. La duda insertará sus dardos y dejaremos de vernos como hijos amados de Dios.
Es que existe una diferencia muy grande entre hablar de Cristo y conocer a Cristo, entre oír de Cristo y escuchar a Cristo, entre aprender los mandamientos del Señor y obedecer al Señor, entre conocer la obra del Redentor y ser salvo de la ira venidera.

 
Páginas (1)  2  3 
 
 
Consiga Le llaman Jesús de Andrés H. Garzón en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Le llaman Jesús de Andrés H. Garzón   Le llaman Jesús
de Andrés H. Garzón

ediciones deauno.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com