|
|
| |
|
|
| |
Introducción
«La verdad aparece sólo como acto de la razón aplicada cuando hay un conflicto por el poder.»
En una obra anterior1 señalamos que los mitos contemporáneos son “relatos, ejemplos, cuentos, crónicas, cuyo carácter ficcional o real no interesa establecer al investigador. Sean verdaderos o tan sólo verosímiles, la sociedad los asume como ciertos, probables y, por sobre todo, creíbles. El relato que genera creencias es mito”. Agregamos en aquel escrito que esas creencias inducidas por los mitos contemporáneos generan efectos sociales, culturales y políticos.
En este nuevo ensayo, que se puede leer en forma independiente o sucesiva con “Hacedores...”, intentaremos el análisis de la sociedad contemporánea a través de los mitos que la constituyen e interpretan. Develar la estructura y textura de sus relatos canónicos, las complicidades de sus protagonistas y perpetradores, los objetivos de sus estrategas, las agonías de sus actores de reparto, es el ambicioso objetivo.
El 11 de septiembre de 2001 la caída de las torres gemelas de Nueva York eclipsó nuestras efemérides latinoamericanas: la muerte de Sarmiento y la derrota de Allende. La tragedia neoyorkina fue transmitida en vivo y en directo como una película de suspenso con sus dosis de catástrofe, terror y acción.
Todo comenzó como un infierno en la torre con un avión accidentado contra uno de los edificios emblemáticos de Ciudad Gótica; siguió con fuego, explosiones y personas arrojándose al vacío, mientras un segundo avión contra la segunda torre delataba el final feliz de una conspiración terrorífica y suicida. Luego el colapso final y una gigantesca nube de polvo avanzando por las calles laterales como un informe y espantoso Godzila surgido de las pesadillas de Lovecraft. Con el paso del estupor y los días aparecieron relatos alternativos2 que remitían a agentes dobles, manipulaciones y misiones imposibles exitosas.
Paralelamente, el mundo asistía a la explosión de los medios digitales, internet y, a poco de andar al galope sostenido, las redes sociales. Los nuevos medios llegaron y se multiplicaron junto a las nuevas pantallas múltiples que habilitaban todos los mecanismos de comunicación a distancia. Pasaron al lenguaje cotidiano extrañas combinaciones de palabras como Facebook (caralibro), galimatías escritos en dos sílabas y dichos en una como Google, acrónimos como app y otros vocablos de la neolingua digital que impera en el mundo.
Por primera vez, parecía que las personas retomaban el control de la información, derrotaban a la televisión falsimediática y ponían en entredicho la agenda setting de los grandes medios gráficos, rectores académicos ineludibles de lo que importa saber y cómo saberlo.
Pero pronto llegaron la saturación, la sobreinformación, la big data, las noticias falsas. Proliferaron en el semiárido mundo intelectual los mitos contemporáneos, esos hijos bastardos de la ideología.
Hoy, el estado de situación se describe desde el caos primordial y la desesperación por saber dónde demonios pasa la verdad. Pero, debemos recordar siempre que la verdad aparece sólo como acto de la razón aplicada cuando hay un conflicto por el poder. Lo opuesto a la verdad no es la mentira sino la mera descripción de los objetos y fenómenos que no participan del entredicho.
La caída del Muro de Berlín implicó, a partir de 1989, el fin de los relatos racionales que normalizan el horizonte utópico. Entonces, la operación ideológica en marcha fue desdeñar la Utopía y la Razón. El 11 de septiembre la verdad ha sido escamoteada, se ha vuelto imposible, porque ahora buscar la verdad es extraviarse en el sotobosque de los mitos contemporáneos. No vivimos en una sociedad que se sabe pasional y pretende develar la esencia racional de sus acciones, como fue durante la era de la Revolución y la Razón, clausurada con cada pico que fue derribando ladrillo a ladrillo la tapia berlinesa.
Ahora, vivimos en una sociedad mitológica que se cree racional y pretende develar el inconsciente pasional en el obrar de los otros excluidos de nuestra percepción.
Desmenuzar los ladrillos del muro mitológico de nuestro mundo contemporáneo es la pretenciosa intención de este trabajo que quiere hacer un mapa de las placas tectónicas que articulan las profundidades de nuestra sociedad. En su superficie esta sociedad se mueve en el caos mitologizante de la guerra entre medios y redes, entre corporaciones y trabajadores, entre gobiernos y ciudadanos; que se mueve por el control de la violencia simbólica que campea en nuestra cultura de masas.
1 SCHIRA, Hugo (2017). Hacedores de la sociedad mitológica, Buenos Aires. deauno.com.
2 MEYSSAN, Thierry (2002). La terrible impostura - 11 de septiembre de 2001. Buenos Aires, Editorial El Ateneo, 2002.
|
| |
|
|
| |
Consiga La sociedad mitológica: Mitos, ideologías y crisis en el capitalismo contemporáneo de Hugo Schira en esta página.
|
|
 | |
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
|
|
|
La sociedad mitológica: Mitos, ideologías y crisis en el capitalismo contemporáneo
de Hugo Schira
ediciones deauno.com
|
|
Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.
|
|
|
|
|
