https://www.elaleph.com Vista previa del libro "Cuando los sueños cuentan" de Esteban Altamirano | elaleph.com | ebooks | ePub y PDF
elaleph.com
Contacto    Jueves 18 de abril de 2024
  Home   Biblioteca   Editorial   Libros usados    
¡Suscríbase gratis!
Página de elaleph.com en Facebook  Cuenta de elaleph.com en Twitter  
Secciones
Taller literario
Club de Lectores
Facsímiles
Fin
Editorial
Publicar un libro
Publicar un PDF
Servicios editoriales
Comunidad
Foros
Club de lectura
Encuentros
Afiliados
¿Cómo funciona?
Institucional
Nuestro nombre
Nuestra historia
Consejo asesor
Preguntas comunes
Publicidad
Contáctenos
Sitios Amigos
Caleidoscopio
Cine
Cronoscopio
 
Páginas (1)  2  3 
 

El final de los finales

Apretujado entre las sábanas apenas oí el quejido en la oscuridad. Me desperté de inmediato alertado y sin destaparme, escuché...
Nada...
Seguí oyendo un rato con los ojos bien abiertos. Hasta que me convencí de que no era nada importante y me revolví en el calor de mis frazadas y acolchados, que por cierto pesan bastante ya que soy muy friolento, y me encimo cerca de cinco, a veces seis.
Cuando el sueño regresó, volví a escuchar...
¡Ahora sí que lo escuché! ¡Hay algo dentro de mi habitación! Asomé la cabeza de abajo de las sábanas y miré en las sombras.
Con toda la fiaca del mundo, saqué una mano al frío de mi habitación y prendí la luz del velador.
¡Ni les cuento el susto que me di! ¡Me quedé sin respiración!
Me llevó unos segundos poder moverme, cuando reaccioné salté rápido de la cama y agarré lo primero que encontré a la mano para pegarle a la cosa que fuera.
?¡VAMOS! ¡VAMOS! ¡SALI DE AHI QUE TE VOY A REVENTAR, HIJ..!
No terminé mi frase, el bulto se incorporó lentamente y vi que estaba envuelto en una túnica andrajosa y remendada, como un antiguo monje franciscano que no se hubiera cambiado la ropa durante años.
Retrocedí juntando coraje y esgrimiendo mi... ¿florero de plástico blando? Bue... mucho daño no haría con aquello.
El bulto totalmente incorporado tendría cerca de un metro ochenta, un poco más alto que yo.
?¿QUÉ HACÉS ACÁ? ¿CÓMO ENTRASTE HIJO DE..?
No pude terminar la frase otra vez, aquel individuo volteó el rostro y entonces terminé de rodillas en el piso... temblando...
Su rostro mostraba simplemente una calavera blanca, pulida y hueca. Lentamente una mano salió a relucir sus dedos descarnados, la llevó a su boca e hizo un gesto pidiendo silencio.
Pensé que eran mis últimos minutos...

?No voy a lastimarte. Sólo te pido que hagas silencio ?me dijo, susurrando.
?¿Voy a morir? ?pregunté con voz temblorosa.
?No, aún no te llegó la hora.
?¿Qué querés?
?Esconderme, claro. ¡Shhhhhhhhhhhh!
¿De qué o de quién querría esconderse la Muerte? ¿A quién podría tenerle miedo? ¿A Dios quizás? Mi temor se fue diluyendo un poco detrás de las preguntas, y la curiosidad le ganó espacio.
Venciendo la impresión me incorporé lentamente mientras la Muerte se acercaba a la ventana y espiaba por la rendija. Mi respiración agitada recuperaba algo de ritmo normal, ya casi no escuchaba mi corazón saliendo por los oídos.
?¡Guau! ?pensé? estoy viendo a la Muerte en mi habitación, pero...?
?¿Venís a buscar a alguien?
?¡SHHHHHHHHHHHH! ?me hizo un gesto desesperado, se acercó en rápidos pasos hasta mí y me rodeó pasando un brazo huesudo por encima de mis hombros, me trajo hacia ella cara a cara. Empecé a temblar otra vez.
?No quiero que me encuentre.
?¿Que te encuentre quién?
?Mi Muerte.

 
Páginas (1)  2  3 
 
 
Consiga Cuando los sueños cuentan de Esteban Altamirano en esta página.

 
 
Está viendo un extracto de la siguiente obra:
 
Cuando los sueños cuentan de Esteban Altamirano   Cuando los sueños cuentan
de Esteban Altamirano

ediciones deauno.com

Si quiere conseguirla, puede hacerlo en esta página.

 



 
(c) Copyright 1999-2024 - elaleph.com - Contenidos propiedad de elaleph.com