INTRODUCCION
Y Dios dijo: ¡Haya luz! y hubo luz. Y vio Dios que la luz era
buena y la separó de las tinieblas...
Siempre que leemos este pasaje del Génesis nos planteamos la
misma pregunta:
¿Puede el hombre decir ¡haya luz! y dar nacimiento a una luz
que desvanezca sus tinieblas?
El hombre, como ser individual, pertenece a la manifestación
de Dios, pero no es Dios, es parte de esa manifestación; y como tal, Dios radica
en él, como radica en todo ser manifestado.
A la pregunta: ¿dónde está Dios?, la respuesta es: Dios está
en todas partes. Y esto no quiere decir que Dios sea todo, sino que es el
Principio de todo y se encuentra en
todo. Este es uno de los denominadores comunes de las grandes
Tradiciones Religiosas: Dios anida en el ser manifestado, para que éste
siempre pueda llegar a Él.