Este acercamiento a las tres organizaciones, me ha permitido reflexionar acerca de las especificidades que asumen cada una de ellas, no obstante que las tres están conformadas por bases indígenas. En el caso de Sendero Luminoso, hay un radicalismo extremo que se expresa en la utopía de trastrocar completamente el orden, de generar un Pachakuti o vuelco, para que los dominadores sufran las consecuencias de la opresión que han ejercido hacia los pueblos indígenas. Su organización es clandestina, no tienen interés en entablar alianzas con otras organizaciones, hacen una apología de la violencia y su estrategia de guerra popular prolongada, del campo a la ciudad, tiene como punto final la demolición del Estado peruano para instaurar uno nuevo, sustentado en la hegemonía de su organización: El Partido Comunista Peruano.
El movimiento zapatista en cambio, aunque tuvo un periodo de organización clandestina igual que los senderistas y en un primer momento recurre a acciones militares para hacerse visible, en su Declaración de Guerra, señala que la lucha armada ha sido una medida "última pero justa", se remite a la Constitución para mostrar que "…el pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de gobierno" y la estrategia principal ha sido entablar un diálogo permanente con la sociedad civil nacional e internacional para presionar al Estado y democratizar al país. Y aunque desconfían de los partidos políticos, los zapatistas se abren ante otras formas de organización social, no pretenden la hegemonía ni ser vanguardia y respetan las distintas formas de lucha.
En el caso del movimiento indígena ecuatoriano, observamos que la CONAIE, aunque ha tenido un proceso de organización autónomo y ha estado inscrita en una dinámica de confrontación frente al Estado, también se ha incorporado al sistema político a través de su organización llamada Pachakutik, mediante la cual ha participado en procesos electorales y tiene representación en el Congreso. Y aunque la prioridad fueron las demandas indígenas, su propia dinámica política y la búsqueda de hegemonía, ha llevado a los líderes indígenas a recuperar demandas de sectores sociales más amplios y a entablar alianzas con otras organizaciones sociales, con la idea de tomar el poder del Estado y desde ahí trastrocarlo y convertirlo en un Estado Plurinacional.
