I
NACE UN HISTORIADOR
La historia es la narración verídica de un acontecimiento; en ese
sentido la historia de El Salvador es la narración de los hechos que han
influido en la formación y progreso de esta nación, desde sus primeros
pobladores hasta nuestros días. El historiador debe ser un investigador
imparcial, profundo conocedor de la antropología cultural de nuestro pueblo,
asimismo manejar los campos afines a la historia, como todo ser humano debe
tener sus propios principios y convicciones; pero como científico, su lealtad
fundamental es para con la verdad y con los resultados que de ella emanen.
Con esa característica innata que rara vez se encuentra en un
hombre, nació Jorge Larde y Larín, maestro de juventudes, talentoso investigador
histórico, antropólogo, prolifero escritor e intelectual completo.
En la ciudad de San Salvador, contrajeron matrimonio civil según
las leyes de la república dos modestos maestros de escuela, Prof. Jorge Larde y
Arthés, reconocido "Sabio", y la recordada profesora doña Benigna Larín Cea de
Lardé.
De este hogar, en Santa Ana, nació su hijo Jorge Lardé y Larín, el
día 31 de Diciembre de 1920, a las ocho de la noche. Fue bautizado el 15 de
enero de 1921, durante la visita pastoral que hiciera a Juayúa, con motivo de
sus fiestas patronales, el primer Obispo de Santa Ana, monseñor Ricardo Vilanova
y Meléndez.. Sus padrinos fueron don Lorenzo Ríos y doña Dolores Salaverría de
Ríos.
Su padre, además de sus labores docentes, dedicaba su tiempo a la
investigación científica, especialmente relacionada con los volcanes, razón por
la cual, fue designando como socio correspondiente de la famosa Universidad de
Wurzbur, de Alemania, por sus excelentes trabajos de geología, sismología y
vulcanología de El Salvador. Su señora madre doña Benigna Cea fue una
destacada mentora que impartió educación a muchas
generaciones de Salvadoreños, inculcándoles el verdadero amor a la patria y el
cultivo de las letras y las artes. Por toda una trayectoria al servicio de la
juventud, en 1951 le fue otorgada la codiciada Medalla al Mérito MAGISTERIAL DR.
DARIO GONZALEZ, por el Supremo Gobierno de la República.
El día 23 de julio de 1928, don Jorge quedó huérfano de padre,
siendo el episodio más triste que le ha conmovido profundamente. Aquel funesto
suceso marco permanente su existencia, con un "dejo de tristeza".
Don Jorge dice que, a pesar del tiempo transcurrido desde que su
progenitor falleciera, contando con solo ocho años de edad recuerda cuando aquel
regresaba de sus frecuentes viajes al Volcán de IZALCO, con sus alforjas
cargadas de fragmentos de lava, su sombrero negro e impecablemente vestido con
traje color blanco.
Asimismo cuando su padre, descansando en una hamaca lo sentaba en
sus rodillas y le relataba coloridas anécdotas e historias, entre las que
repetía la del descubrimiento de América por Cristóbal Colón, apoyándose en
mapas antiguos de la época.
Por increíble que parezca, don Jorgito nos dice recordar con
claridad sus primeros pasos cuando, a los dos años de edad, aprendió a caminar.
Tampoco olvida sus emocionantes partidos de fútbol, con sus amiguitos de la
infancia y su pelota de "trapo".
Sin embargo con la pérdida de su padre, manifiesta haber recibido
su preparación educativa infantil de su madre, quien le enseño sus primeras
letras.
Agrega que a pesar de haber sido un niño travieso y juguetón, su
mamá lo consentía hasta cierto limite, ya que cuando de aprender se trataba era
"muy estricta", Es decir que le enseñaba como a un alumno más de la clase,
exigiéndole aplicación y responsabilidad como a cualquier otro.
Después de recibir sus certificados de primero y segundo grados
bajo la tutela materna, lo llevaron a Santa Tecla a casa de su tío, el Doctor
Luis Larde y Arthés, para continuar sus estudios en el afamado Colegio San Luis,
que dirigía don Jorge Hurtarte Monzón, de grata
recordación, aquí curso el tercero y cuarto grados de su educación primaria.
Para cursar el quinto grado su madre decidió trasladarlo a la
Ciudad Capital para incorporarlo al "Instituto de Larde" que estableciera su tío
Dr. Enrique Larde y Arthés; en esta institución educativa permaneció hasta
terminar su 1er. Curso de Bachillerato.
Luego para estudiar el 2° Curso de Bachillerato se le inscribió en
el Instituto Nacional "General Francisco Menéndez" en donde también realizo 3° y
4° cursos.
Para estudiar el 5° y último curso de Bachillerato se matriculó en
el Liceo "Francisco Gavidia", que dirigía el profesor don Marcos Alemán. Aquí
recibió su investidura académica de Bachiller en "Ciencias y Letras".
Como nos relata don Jorge, en aquel entonces los exámenes eran
sumamente difíciles, serios y rigurosos poniendo a prueba los conocimientos de
los sustentantes.
En una anécdota interesante de esos días de estudiantes, nos narra
la siguiente: "Junto con otros estudiantes, cuando teníamos que rendir exámenes,
nos reuníamos de noche en el parque Centenario, para aprovechar la brillante luz
que sus flamantes lámparas de 60 watt de potencia, que nos
brindaba".
"En una ocasión, a medianoche, inesperadamente se bajo de un carro
aparcado a un costado del parque Centenario, un hombre misterioso, quien nos
preguntó; "¿Cuál es la razón de encontrarnos en aquel lugar a esas horas de la
noche?; a lo que respondimos, que la claridad de aquellas lámparas hacía más
fácil nuestro estudio, ya que los focos de las casas daban luz muy tenue. Aquel
hombre respondió en forma terminante que, el siguiente día daría instrucciones
precisas al Alcalde de San Salvador, para que instalara en aquel parque,
lámparas de 100 watt.. Sorprendidos de aquella declaración y sin dar mucho
crédito agradecimos al personaje aquel generoso ofrecimiento y lo vimos alejarse
en su automóvil. Luego, alguien nos dijo "Es el Presidente Martínez muchachos" y
los estudiantes hicimos silencio... "Martínez cumplió
su promesa".
El 26 de Julio de 1951, don Jorge, contrajo matrimonio civil con
la sensible señorita Lily González, ante el señor Gobernador Departamental de
San Salvador, General Gustavo López, siendo sus testigos, el destacado educador
salvadoreño don Rubén H. Dimas y el reconocido periodista don José Quetglas.
Seguidamente se casó por la iglesia el 29 de Julio del mismo año,
en la iglesia Arzobispal de San Salvador, ante los oficios eclesiásticos del
recordado Arzobispo de San Salvador Monseñor Luis Chavéz y González, tercer
titular de la Diócesis.
Es admirable escuchar en todo momento, a un hombre que al hablar
de su vida familiar, lo primero que haga es referirse a su queridísima esposa,
con un amor indescriptible, lo cual únicamente lo he escuchado de dos personas a
las cuales admiro mucho; a mi maestro don Jorge Larde y a mi padre Alfonso
Américo, con quienes he tenido innumerables conversaciones. Y creo firmemente
que ambas esposas son y serán las mujeres más felices por haber compartido toda
su vida al lado de sus esposos.
De este hogar, nació su hijo Gerardo Lardé
González.