Describe la provincia y pueblos de Tesalia, donde asisten los dos ejércitos.
En la insigne Tesalia al sol de Oriente
Dos montes amenazan, Pelio y Osa;
Al meridiano ardor alza la frente
Otrix armado de altivez frondosa;
Fertiliza en el aura de Occidente
Pindo el boscaje de la cumbre airosa,
Y altísimo el Olimpo oculta él solo
Árticas luces, contrapuesto al polo.
Entre estos montes la Tesalia opresa
Padeció un tiempo sin campaña alguna,
Porque todo raudal fue estanco y presa,
Fue el gran distrito cóncava laguna;
El curso allí de los arroyos cesa,
Mil varias fuentes recogiendo en una,
Y en encrespadas ondas sin desvíos
Convirtiéndose en piélagos los ríos.
Hasta que pudo el Hércules Teseo
Entre el Olimpo y Osa abrir conduto,
Inmensa copia dando al hondo Egeo
Que lustros mil le denegó el tributo
Tal fue de Alcides el mayor trofeo,
Pues ya Tesalia en arenal enjuto
Reinos fundaba agrestes y civiles,
Que honró después Protesilao y Aquiles.
Fundó a Farsalia, que mejor el cielo
La eternizara; en ondas fundó a Tebas,
A Darío, donde el cántico de Delo
Venció a Tamiro en sonorosas pruebas;
Fue allí Larisa y Fálaris, y el suelo
Compartía lindes y comarcas nuevas,
Exhausto el lago, que a tenidas fuentes,
Solas dió lecho y márgenes pendientes.
Ya libre el campo reservó en canales
Evasión y discurso a todo río;
Vierte Ardriso argentado sus caudales,
El crespo Enauro y el Esperquio frío;
El Inaco, el Eante en fuerza iguales,
Corriente Eveno, Apídano tardío,
Asopo y Aqueloo con Enipeo,
Y el de mayor fertilidad Peneo.
Vertieron otros el cristal, que apenas
Alcanzan nombre, y regalando el llano,
Bebió de todas en distintas venas
La flor de Abril y el fruto de verano
Luego en campiñas fértiles y amenas
Surcos rompió la agricultora mano
Del convecino morador bebicio,
Y el lélege imitó su agreste oficio.
El feta, el fole, el peletón rasgaron
Lo campal, que abundosa mies promete;
Los dolores y cólidas fundaron
Labor que el mignio la imitó y magnete;
Después, a instancias del valor cambiaron
Blando pellico en doble coselete;
Vió Tesalia con bélicas mudanzas
Sus chozas tiendas, sus arados lanzas.
Allí Neptuno con mayor tridente
Hirió el preñado seno al risco altivo,
Donde el primer caballo erizó frente,
Parto bizarro de peñasco vivo;
El Argonauta allí Jasón valiente
Profanó el mar en su bajel argivo,
Intercedieron nadadoras hayas
Comercio unido a las discordes playas.
Allí reinó el primero que esculpidas
Monedas de selectos minerales
Labró y fundió, dejando introducidas
Aras a los fragmentos de metales;
Pues a toda materia preferidas
Sus medallas adoran los mortales,
Y a los celestes usurpó el decoro
La facción vil en simulacros de oro.
De allí Pitón la indómita serpiente
(Fiera secuaz un tiempo de Latona)
Fue transferida a Delfos, y eminente
A Febo honró, que vencedor blasona;
Anales fastos, juventud frecuente
Le consagra, y de lauro se corona,
Planta de Dafne, que la engendra el sitio,
Antes Farsalio, que la goce el Pitio.
Los Titanes allí con impia huella
(Que a los celestes advirtió escarmiento)
Dieron a su altivez cursos de estrella,
Torre de montes encimando al viento;
Precede al sol su extremidad, y en ella
Sus giros interrumpe el firmamento;
Tal extensión fraguaron espantosa
Pelio y Otrix, y Pindo, Olimpo y Osa.
En este, pues, tesálico distrito,
Juntos ya los ejércitos contrarios,
De la instante batalla el fin prescrito
Se pronostican disputando varios;
Halla el cobarde la facción delito,
Intímanse los hados adversarios,
Niégase el fuerte, al discurrir prefiere
Lo valeroso, lo fatal no inquiere.
Aunque de la mayor sangre animado
Liviana distrácción perturba a Sexto,