Erruch B. Fanibunda, severo crítico de los seudomantras que muchos gurúes comercializan y cuyos efectos son grados variables de autohipnósis, induciendo pasajeros raptos de euforia, nos previene al recordar que "las palabras que no se relacionan con la divinidad no pueden ser llamadas mantras, ya que no caben dentro del significado de los mismos". El mantra es un fonema místico para concentrar la mente, unificar la conciencia y evocar aquello que designa. Debe recitarse con atención, interiorizándose y llenándose del significado del mantra. Su recitación puede ser verbal, semiverbal o mental. Esta última forma es la más efectiva. El mantra es vibración y sonido que conectan la mente con lo inefable, ultrasutil e inmenso. En el mántram Dios escucha nuestra voz y nosotros escuchamos la voz de Dios, sin intermediarios.
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