Giuseppe Verdi es uno de los grandes genios de la música que con más espontánea inclinación se han consagrado a la ópera. En la historia del género Verdi ocupa un lugar eminente, hoy ya al margen de toda discusión. Música y drama parecen presentarse siempre a su flexible y riquísima inventiva como formando una unidad viviente, natural, entrañable, con la raíz de su esplendor en los amplios poderes expresivos de la voz humana. Su época más brillante comienza con Rigoletto (1851), y a ella pertenecen II Trovatore y La Traviata, hoy tan populares. En su copiosa producción, de desigual fortuna, hay más tarde una pausa que tiene inquietos a sus admiradores. De pronto su celebridad alza de nuevo el vuelo con Aída (1871), que recorre con éxito enorme los teatros europeos. Pero más sorprendente aún es la creación -a los ochenta años- de su gran ópera cómica, Falstaff, prueba asombrosa de la lozanía de su espíritu y de su capacidad de renovarse.
A través de estas páginas, en las que se alían la amenidad, la simpatía y el juicio certero, podrá el lector asistir al proceso artístico de Verdi y a las varias etapas de su larga vida, regidas siempre por su amor a la música...y al prójimo. Tal vez un solo amor para quien supo dar tan plena y comunicativa humanidad al conjunto de su obra.
Ir al inicio
|