Las densas novelas del estadounidense James Ellroy son una suerte de escalpelo que rasgan, sin piedad, la viciada epidermis moral del sistema. Doble moral, pero también doble contabilidad y doble verdad. Porque la prosa afilada y sincopada de Ellroy nos ubica en historias donde la corrupción ceba a protagonistas signados por la hipocresía, la angustia y el crimen. Jazz blanco nos habla de todo eso... y mucho más. Antes de consagrarse a la escritura, James Ellroy (1948) fue un conspicuo consumidor de drogas y un alcohólico incorregible. También se desempeñó como ladrón y por ello pasó algún tiempo en la cárcel. Nadie duda de que ese flirteo con el abismo le procuró el material necesario para escribir esas novelas tan brutales y directas. De todo se aprende.
Observaciones: Incluye sobrecubierta.
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