Pocos poetas como el andaluz Juan Ramón Jiménez, a lo largo de una vida rica en variaciones temperamentales y en inspiración, presentan con tanta nitidez y tan inmutable subsistencia la unidad de carácter a través de toda su producción. Lírico renovador aunque de estirpe clásica, creador de una poesía plena de recónditos mensajes con sabor a Berceo, el Arcipreste de Hita y a Heine, entre otros, Juan Ramón Jiménez tuvo sus primeras expresiones literarias en una época de ruptura conocida en las letras como modernismo, a la que pertenecieron los Machado. Pérez de Ayala. Villaespesa. En el autor de esta Nueva Antolojía poética que hoy reeditamos ampliada, hay un valor principal: el de su obra. Apréciase en ella cómo el poeta encontró a tiempo el camino distinto, el sendero de su existencia angustiada que tanto reflejan sus poesías. El secreto de esa personalidad única está en la palabra maravillosamente expresada; la misma que tanto apunta un matiz sensual como un sufrimiento; la misma que siendo descriptiva se torna narrativa.
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