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ediciones
Guillermo Kraft
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Edición:
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1957
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Medidas:
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14,2 x 19,9 cm
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Estado:
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Bueno
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Género:
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Novela - Historica
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Peso:
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410 gramos
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Reseña del libro
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Formato libro impreso
U$S 36.80
Libro agotado. Lamentablemente, vendimos el único ejemplar disponible.
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* Los importes están expresados en dólares estadounidenses. Política de Devoluciones.
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Descripción del libro usado "Mujer imperial"
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La mundialmente famosa escritora ganadora del Premio Nobel de Literatura, dirige nuevamente la atención del lector, en este libro, hacia las enigmáticas tierras del oriente asiático, en una de sus figuras más extraordinarias: Tzu Hsi, última emperatriz de la China. Del mismo modo que Teodora, emperatriz de Bizancio, Tzu Hsi ascendió, gracias a su inigualable belleza y su fina inteligencia femenina, desde lo más bajo hasta lo más elevado, logrando con habilidad, astucia y firmeza tomar las riendas del poder y gobernar con admirable sagacidad a la nación china en unos de los períodos más turbulentos de su historia. Fué una mujer de tan variadas dotes, contradictoria en su conducta pública e íntima, tan rica en los múltiples aspectos de su personalidad, que es difícil comprender plenamente sus actos. Actuó en un momento crucial de la vida del Trono del Dragón: Tuvo que combatir contra todo y contra todos. En medio de un sordo descontento del pueblo contra los gobernantes manchúes, la emperatriz luchó durante quince años contra las rebeliones de los T''aig P''ing, que conmovieron a todo el continente y dejaron al país en la miseria; contra los continuos complots y conspiraciones de los Grandes, que deseaban arrojarla del poder, y contra sus poderosos y eternos enemigos, las potencias accidentales, a las que combatió en todas las formas, desde la sutil diplomacia hasta la cruenta guerra para recuperar los territorios usurpados a China. Odiada por aquellos que la tenían, fué adorada por una gran parte de su pueblo; para unos fué la más perversa y para otros la más virtuosa gobernante. Impacientes y visionarios la detestaban cordialmente, pero campesinos y aldeanos la veneraban. Varios lustros después de su muerte, el pueblo creía que aún vivía. En el colorido relato de Pearl S. Buck, magnífico y gracioso retrato de una época y de un pueblo, desfila la Corte del Dragón con sus grandezas y miserias, sus emperadores, concubinas y eunucos, débiles unos y crueles otros, grandes los menos y pervertidos por el opio y la sensualidad los más, formando el conjunto, lo pintoresco y lo grandioso de la China.
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