La Forestal es recordada por la historia, la literatura y el cine por las formidables represiones armadas de la década del 20, por el modo de sofocar los desesperados levantamientos obreros que en luchas épicas llegaron a apoderarse de almacenes, carnicerías y ganado, acorralados por el hambre y las inhumanas condiciones de trabajo. Esta tristemente famosa compañía inglesa, un estado dentro del Estado argentino, con policías y moneda propias, desplegó más tarde una acción igualmente dañina pero más silenciosa, aniquiladora de hombres, mujeres y niños, y del equilibrio ecológico. Este aspecto, más sutil y menos espectacular, fue investigado por la comisión bicameral de la Legislatura de la provincia de Santa Fe, presidida por el autor de este libro, que desentrañó todas las etapas técnicas de esa inicua explotación. Con razón puede decir Anacarsis L. Acevedo sobre el tema al que consagró su vida, en "Quebracho colorado" "Pueblos abandonados, mortecinos, hambre y miseria en todos los caminos, eso tan solo nos dejó el pionero".
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