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Hungria Informe de La Comision Especial de Las Naciones Unidas de K. C. O. Shann (Relator)
ediciones
Agora
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Edición:
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Primera Edición - 1957
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Tomos:
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1
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Medidas:
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14,4 x 20,1 cm
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Estado:
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Muy Bueno
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Género:
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Historia - General
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Peso:
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500 gramos
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Reseña del libro
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* Los importes están expresados en dólares estadounidenses. Política de Devoluciones.
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Descripción del libro usado "Hungria Informe de La Comision Especial de Las Naciones Unidas"
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"Una influencia extranjera se notaba en todas las manifestaciones de la vida del país. Los soldados soviéticos en el suelo húngaro eran símbolos de algo que molestaba a un pueblo orgulloso que alimentaba el deseo de ser libre". He aquí en pocas líneas, pertenecientes al Informe de la Comisión Especial de las Naciones Unidas para Hungría, condensada la situación moral y psicológica que llevó al pueblo magyar al heroico levantamiento de octubre de 1956. El informe en cuestión, que Editorial Ágora presenta al público de habla española muy poco tiempo después de haber sido elevado a consideración de los países integrantes de la Organización de las Naciones Unidas, pone al descubierto, objetiva e imparcialmente, una de las agresiones más cínicas y brutales que registra la historia. La Asamblea General, facultada por la Carta de las Naciones Unidas para investigar y discutir cualquier asunto que amenace la paz del mundo, en enero del corriente año creó una Comisión Especial de cinco miembros para informar sobre la situación creada en Hungría por la intervención soviética. Esa Comisión integrada por los señores K. C. O. Shann, relator, y Sir Percy Spender, de Australia; Alsing Andersen, de Dinamarca; R. S. S. Gunawardene, de Ceylán; Mongi Slim, de Túnez y Enrique Rodríguez Fabregat, de Uruguay, pidió a la Unión Soviética y al gobierno títere de János Kádár que cooperaran con ella permitiendo a sus miembros viajar libremente por el país húngaro, pero -como era previsible- ambos gobiernos se negaron y la comisión debió emprender una labor de cinco meses reuniendo datos y testimonios de prófugos de la más variada condición, ingenieros y técnicos, intelectuales y trabajadores, comunistas y no comunistas, que en ese momento se encontraban en Viena, Roma, Londres y Nueva York, testigos presenciales participantes de la revolución de su mayoría. Las acusaciones del informe son irrefutables; de él surge claramente que la Unión Soviética es responsable de las ejecuciones en masa, deportaciones y otras violaciones a los más elementales derechos humanos en la persona de patriotas húngaros. Así mismo echa por tierra todas las mentiras e invenciones mediante las cuales el gobierno ruso trató de explicar, justificar y defender sus crímenes, poniendo también en evidencia el hecho paradójico de que la Unión Soviética pasa por alto su propio concepto de agresión que define como intervención armada de una potencia en el territorio de otro, para inmiscuirse en sus asuntos internos.
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