Para un agente de la CIA, el undécimo mandamiento prescribe no dejarse atrapar y, en una situación límite, no confesar. Connor Fitzgerald ha transgredido el undécimo mandamiento. Veintiocho años en la Agencia iban a concluir en una fría prisión de San Petersburgo. Sin duda, es víctima de su pecado, pero también de una infame conspiración en la que están implicados la directora de la Agencia, Helen Dexter, y, de forma indirecta, el presidente de Estados Unidos. El célebre escritor Jeffrey Archer, nombrado lord en 1992, aborda en esta novela una apasionante narración en la que la alta política, la capacidad de sacrificio y la ambición de poder constituyen el motor de las peores motivaciones humanas.
Ir al inicio
|