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El sindrome de la "Revolucion libertadora": la iglesia contra el justicialismo
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 Reseña del libro
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Política de Devoluciones. |
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Otros libros en la misma sección |
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Descripción del libro usado "El sindrome de la "Revolucion libertadora": la iglesia contra el justicialismo" |
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| Tomo 1: El licenciado en Historia de la Universidad de Córdoba, José Oscar Frigerio, centró su investigación en el conflicto entre la Iglesia Católica y el peronismo por considerarlo esencial para el golpe militar de setiembre de 1955, que terminó bruscamente con una década de gobierno de Perón. Conflicto político antes que religioso, suponiendo además, un conflicto religioso implícito, imposible de soslayar. En este trabajo no queda resquicio sin estudiar: las profecías de Don Orione, el nacionalismo católico frente al peronismo, una nueva doctrina por un movimiento policlasista, clericalismo y enseñanza religiosa, los sacerdotes peronistas, un socialcristianismo nacional, Evita y el culto después de su muerte, Perón y las otras religiones, la táctica internacional de la Democracia Cristiana, la moral cristiana y la U. E. S., la ofensiva católica y las leyes de la discordia; el divorcio, igualdad de los hijos legítimos e ilegítimos, profilaxis social, las luchas por la separación de la Iglesia y el Estado, la manifestación de Corpus Christi, la quema de iglesias, la Nueva Iglesia Americana, terror supersticioso y el golpismo católico y nacionalista. El manejo de documentación y bibliografía es muy abundante y donde éstos elementos desaparecieron, el autor solicitó entrevistas a un amplio espectro de políticos. Tomo 2: "El día 8 de mayo, el sermón pronunciado en la Catedral Metropolitana por el obispo auxiliar Monseñor Tato colaboró en ubicarlo a la cabeza de la oposición católica más recalcitrante y golpista. Dedicó su arenga a responder al discurso de Eduardo Vuletich del 1 de mayo, definiendo claramente el pensamiento del clericalismo en la lucha: Públicamente ante un sector del pueblo reunido en Plaza de Mayo, un dirigente sindical que en reiteradas ocasiones ha demostrado una cierta ignorancia sobre la doctrina más elemental y las practicas de la Iglesia, se ha atrevido a chacotear sobre lo que consideramos lo más sagrado de nuestras vidas, ha hecho mofa de nuestros símbolos que representan nuestra fe más ardiente. Se ha mofado de los que rezan de rodillas, ha ridiculizado nuestro culto, hablando socarronamente de velas y latines..." José Oscar Frigerio. Tomo 3: Es mejor y más conveniente para la vida del Estado, como para la de la Iglesia, volver a las costumbres sencillas, al predominio de la paz, del amor y de la confianza recíproca entre lo hombres y entre las naciones. Para conseguirlo, el Estado ha de luchar con grandes dificultades, por la complejidad de la vida misma, por las pasiones inherentes a la condición humana y porque, en definitiva, los idearios políticos son múltiples y contradictorios. A la Iglesia, en cambio, le ha de ser más fácil el retorno a la pureza inicial de su doctrina, porque es única y porque, aun cuando en ocasiones parezca haberse desviado de su gloriosa trayectoria, siempre la predicación dogmática ha sido la misma y siempre también ha tenido un contenido social de repudio a la riqueza y de exaltación al trabajo que nadie ha superado ni siquiera igualado de lejos. Ese contenido social está resumido en las palabras que Jesús dirige a los apóstoles: No llevéis oro, ni plata, ni dinero alguno en vuestros cintos, ni alforja para el viaje, ni dos túnicas ni calzado, ni tampoco bastón, porque el que trabaja merece su sustento. Esto quiere decir, si no me equivoco en la exégesis, que únicamente el trabajo es la fuente del sustento: el trabajo que redime al individuo y que sirve de base a la grandeza de los pueblos, ese mismo concepto, pero expuesto de manera más cruda, se encuentra en otro de los grandes padres de la Iglesia cuando afirma que quien no trabaje no debe comer. Juan Domingo Perón, 1948.  Ir al inicio |
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