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ediciones
Cuadernos del Litoral
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Edición:
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1999
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Tomos:
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1
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ISBN:
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9879956707
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Medidas:
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14,1 x 20 cm
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Estado:
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Muy Bueno
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Género:
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Psicologia
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Peso:
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200 gramos
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Reseña del libro
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* Los importes están expresados en dólares estadounidenses. Política de Devoluciones.
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Descripción del libro usado "El sexo de la verdad"
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Nada parece mermar el inimaginable favor del que no deja de beneficiarse la verdad. Sus antónimos, la mentira, el engaño, el error, la ilusión sólo se le oponen recurriendo a ella. El mismo amor la convoca: se pretende que sea verdadero. Ciencia, religión, magia, vida cotidiana la invocan como una referencia sin la cual ninguno de esos discursos y prácticas se sostendría. Con justa razón se cargan millones de muertos en su cuenta, por poco que se sostenga, garantiza las persecuciones más decididas, y sin embargo los escasos procesos -filosóficos- que se han intentado en su contra apenas merman su prestigio.
Porque sólo el olvido la cuestiona: la verdad está permanentemente amenazada con hundirse en el olvido, más radicalmente aún, en el olvido del olvido. De allí su nombre griego de a -létheia que expresa que ella es lo que priva de olvido (de lethé). ¿Y cuál es su arma contra el olvido? El falo. Cada cultura de la verdad es un culto fálico, lo que ya expresaba la raíz indoeuropea de la palabra rta (Detienne).
"La histérica sufre sobre todo de reminiscencias". Con esta frase, Freud daba la verdadera patada inicial del psicoanálisis. Quería decir que el síntoma priva de olvido, que es una verdad. Pero de inmediato se insertó sobre ello un gigantesco malentendido. Partiendo de ese no-olvido, paradójicamente, se orientó el psicoanálisis hace la búsqueda de lo olvidado - la anamnesis -cuando se trataba de olvidar lo que no había podido serlo.
Le correspondió a Lacan resolver ese malentendido Emprendemos aquí la lectura de las vías que él abriera con su subversión de la verdad. Convergen con la crítica del psicoanálisis formulada por Foucault en base a la constatación de que para el sujeto moderno del goce la cuestión no es tanto la verdad de su erótica (el psicoanálisis convertido en pastoral) como la erótica de su verdad (el psicoanálisis en tanto que erotología de pasaje).
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