Antes de la primera guerra europea, Jacques Maritain salió al encuentro del siglo no para fundirse en él, sobrenadando sus aguas turbias con las gracias de la inteligencia, ni para repudiarlo refugiándose en el espíritu como un Robinsón en su isla. Salió para luchar teniendo por divisa la convicción de que allí donde está la presencia de Dios está la libertad. Este nuevo libro resume y reafirma su pensamiento a la luz, ahora, de la experiencia de dos grandes guerras, de la implantación de los regímenes totalitarios y de los yerros y las desviaciones de la democracia. Aboga en sus páginas por el establecimiento de una comunidad mundial políticamente organizada sobre bases democráticas. Al hacerlo, examina hondamente la confusión contemporámea por la cual el estado aniquila al hombre al sobreponerse al pueblo. Para este ilustre filósofo cristiano, el estado sólo "es una parte del cuerpo político como todo, subordinada a él y, como tal, inferior al cuerpo político".
Escrito con la perspectiva de un lustro de postguerra, El hombre y el estado refleja lúcidamente el drama de nuestros días y, al señalar las causas del error, indica soluciones que constituyen nuevos planteamientos revolucionarios.
Observaciones: La tapa está firmada por el escritor Martín Alberto Boneo.
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Reseña del libro
