"El matadero" de Esteban Echeverría, escrito hacia 1838 y leído cuatro décadas después, inicia el cuento argentino, prisionero aún en parte del molde costumbrista. Serán realmente Roberto J. Payró y Fray Mocho los encargados de echar las bases del cuento en nuestro país, siguiendo la propuesta realista echeverriana. Con Horacio Quiroga el género alcanza nítidos perfiles y a medida que avanza el siglo veinte se enriquece convariedad de textos, de lineamientos, de propuestas. Jorge Luis Borges, Luis Gudiño Krámer, Silvina Ocampo, Julio Cortázar, Germán Rozenmacher, Daniel Moyano y Juan José Saer son ejemplos cabales de esa diversidad. Confirman también esta riqueza los panoramas, estudios críticos y antologías sobre el cuento argentino, hoy independientes de la reiteración incansable de autores y cuentos aparentemente consagrados. Cada antología es una propuesta, un modo de entender lo literario, una posición ante la literatura nacional. Y así lo entiende nuestra antologista, Beatriz Sarlo, para vertebrar a través de los textos seleccionados una historia totalizadora del cuento argentino.
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