Si esto es lo que una década de desarrollo hace a favor nuestro, ojalá que se nos libere de otra", dijo Joel Gajardo, un joven latinoamericano de la nueva generación. Graduado en una universidad chilena, obtuvo un doctorado en uno de los principales institutos de los Estados Unidos. Gajardo hablaba de la promesa que los principales países industriales habían hecho diez años antes, en las Naciones Unidas, de concentrar sus esfuerzos en la década del sesenta para promover el desarrollo de los países atrasados del mundo y a su reciente resolución a favor de una segunda "década de desarrollo" para el período de los años setenta. Tales promesas, en efecto, han llevado a América Latina a la situación acaso más desastrosa que haya conocido en toda su historia. Su distancia respecto a los países ricos se ensanchó considerablemente, en lugar de reducirse. La ayuda económica recibida fue usada para servir a los objetivos políticos de los donantes. Las clases pobres siguieron empobreciéndose. Los países han quedado hipotecados en forma tal que parece difícil que puedan recuperarse, sobre todo si se considera que los resortes fundamentakes de sus economías están en manos del poder extranjero. Entretanto, la población crece. Aquí y allá brotan gobiernos autoritarios para apagar el descontento popular. La violencia se ha vuelto endémica, hasta asumir en algunos casos el carácter de guerra civil apenas encubierta. La revolución está a las puertas. Gary MacEoin conoce minuciosamente América Latina, país por país. Y para este estudio no sólo ha hablado con estudiosos y gobernantes. Buscó principalmente en el pueblo la verdadera realidad de las cosas. Así ha logrado esta obra lúcida, aleccionadora y alarmante.
Observaciones: Algunas páginas están subrayadas y escritas en birome.
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